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Villa del Rosario, Norte de Santander, Colombia
Presidente Asociación Centro de Historia e Investigación de la Villa del Rosario. Autor de la Ruta Turística Viajando por la Capital de la Gran Colombia en rescate de nuestra identidad. Coautor del libro Viajando por la Capital de la Gran Colombia a través de la recreación en el medio natural

lunes, 17 de mayo de 2010

Cancha Camilo Daza

CANCHA CAMILO DAZA BARRIO LA PALMITA

Su nombre en honor al capitán Camilo Daza quien trajo el primer avión desarmado en barco desde España hasta Maracaibo. Allí no lo pudo poner a funcionar porque pensaron que era un atentado contra el dictador Juan Vicente Gómez.

Luego de un año lo trajo hasta Cúcuta, donde lo puso a funcionar. En ese entonces la gente pagaba 35 pesos por verlo volar. Con ese dinero montaron la primera empresa aérea; compraron en Bogotá un avión llamado Bolívar con el que aterrizo el capitán Camilo Daza el 22 de Septiembre de 1.922 en las tierras que eran propiedad de don Cristóbal Gutiérrez, quien era el principal ganadero de la localidad y también tenia un negocio de víveres cerca al parque Pedro Fortoul Hoy, Parque Los Libertadores.

Como era la persona de mejor posición económica, fue el único del pueblo que pudo darse el lujo de planear y dar una vuelta en el aeroplano.

Al regreso lo esperaban sus amigos y su mayordomo con una gran admiración y don Cristóbal Gutiérrez al bajarse del avión le pregunto al mayordomo, ¿la sangre huele? Y él le contesto si, la sangre huele y don Cristóbal le dijo ¿a que? Y el mayordomo le responde a mierda y entonces don Cristóbal dijo “agarrenme” porque vengo herido.


TERCER ACUEDUCTO DEL MUNICIPIO (LA BOMBONA)

Al frente de la Cancha Camilo Daza podemos observar la bombona que fue el tercer acueducto del municipio, mandado a construir en Chicago en 1.945 y montado en 1.948, con la capacidad de 125.000 litros de agua en la administración del alcalde José Agustín Granados Torres.

Don Agustín, como era costumbre en el pueblo llamarlo se convirtió por obra y gracia de sus paisanos en una leyenda como autoridad civil de la Villa del Rosario por el temperamento fuerte con que manejó la administración pública en los tiempos difíciles de la violencia partidista.

En sus funciones de alcalde fue inflexible. Por ejemplo, a los ladrones de gallinas, les colocaba un letrero que decía: “Soy ratero de gallinas” y los paseaba con un redoblante por el parque Pedro Fortoul, Hoy los Libertadores y por las calles de la población.

El hecho que más evidencia su carácter severo y férreo sucedió con su propio hijo Víctor Julio Granados Tarazona. Siendo alcalde don Agustín hizo podar un árbol de acacio frondoso que se encontraba en la calle 5ª con carrera 7ª frente a la casa donde funcionaba una tienda de su hijo y este al percatarse del hecho y de quien lo había ordenado, entro en cólera, cogió un machete y lo cortó totalmente. Enterado don Agustín de esta situación, llegó hasta el sitio y dijo: ¿ah lo tumbó? ¡Métanmelo al calabozo! Fue la orden a sus policías.

FESTIVIDADES DE SAN PEDRO Y SAN PABLO



En la Cancha Camilo Daza se festejan actualmente las Fiestas de San Pedro y San Pablo, las cuales han venido perdiendo parte de sus costumbres, ya que antiguamente el 29 de Junio, en estas festividades participaban todos los barrios de la época como eran Villa Antigua, Piedecuesta, La Pesa (hoy Fátima), Centro, Gramalote y La Palmita.

En la principal esquina de cada barrio se levantaban arcos triunfales, de los cuales colgaban diversas frutas de la región. Hasta las cuatro de la tarde, esto se convertía en una romería de gente y para los jóvenes era un verdadero espectáculo de recreación.

A las cuatro de la tarde elevaban un gallo vivo en la parte central de cada arco, el que debía ser arrancado con las manos de apuestos jinetes que a gran velocidad trataban de desprenderlo de la fuerte cuerda que lo sujetaba.

A la par con esto a cierta distancia también se efectuaba otro espectáculo más primitivo que consistía en enterrar un gallo fino en un hoyo, quedando por fuera solo el cuello y la cabeza.

Después una persona con los ojos vendados y con sendos machetes en las manos, realizaban piruetas al son de tiples y maracas; iba avanzando lentamente hacia el punto donde calculaba que estaba la cabeza del gallo, la cual era defendida por otra persona a través de dos gruesas varas para no permitir que le cortaran la cabeza al gallo.

A pesar del vendaje que tenia en los ojos la persona que manejaba los machetes, después de un buen tiempo lograba arrancar la cabeza del gallo, el cual era llevado por los organizadores para preparar un delicioso sancocho y seguir la fiesta, mientras el resto de asistentes bajaban las frutas que se encontraban en los arcos.

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