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Villa del Rosario, Norte de Santander, Colombia
Presidente Asociación Centro de Historia e Investigación de la Villa del Rosario. Autor de la Ruta Turística Viajando por la Capital de la Gran Colombia en rescate de nuestra identidad. Coautor del libro Viajando por la Capital de la Gran Colombia a través de la recreación en el medio natural

domingo, 29 de septiembre de 2013

NICOLÁS MAURICIO DE OMAÑA Y RODRÍGUEZ

NICOLÁS MAURICIO DE OMAÑA Y RODRÍGUEZ


Nació en Villa del Rosario el 22 de Septiembre de 1780. Hijo de don Juan Antonio de Omaña y Juana Lucía Rodríguez y Sánchez.
Nicolás Mauricio de Omaña y Rodríguez fue bautizado un día después de su nacimiento es decir el 23 de septiembre de 1780 en la parroquia de Nuestra Señora del  Rosario, según partida de bautismo.  
Don Nicolás Mauricio siguió la carrera del sacerdocio, habiendo llegado a ser el Rector del Colegio San Bartolomé en la ciudad de Santafé de Bogotá donde estudio su sobrino el General Francisco de Paula Santander y de quien él era su tutor.
Don Nicolás Mauricio fue uno de los más entusiastas animadores del movimiento revolucionario del 20 de Julio de 1810. Tanto es así, que la firma del padre Omaña quedó estampada en el acta de independencia levantada en la capital de la república, por haber sido uno de los vocales constituyentes de la Junta encargada del Supremo Gobierno del Reino, designados por el pueblo que se amotinó en la plaza principal el mismo día. Estuvo, pues, en la gran fecha al lado de José Acevedo y Gómez, Camilo Torres, de su paisano el doctor Fruto Joaquín Gutiérrez de Caviedes y de tantos otros ilustres directores de la insurrección republicana.
Antes de reventar en Bogotá la semilla emancipadora, el padre Omaña y Rodríguez había ingresado en el cuerpo de abogados de la Real Audiencia de donde pasó a ser rector de la iglesia del Sagrario, examinador sinodal del arzobispo y prebendado de la catedral. Desempeñó asimismo, los cargos de Promotor Fiscal, Vocal de la Junta principal de Sanidad, Defensor General de Obras Pías, Consultor del Santo Oficio de la Inquisición y Profesor del Colegio de San Bartolomé, que rigió  después con notable ilustración. Toda la obra literaria del padre Omaña fue recogida en el famoso Semanario de Caldas.         
Para el 20 de Julio de 1810 el doctor Nicolás Mauricio de Omaña era cura Rector de la catedral de Santafé. Dentro del plan de organización de la guerra por parte de los patriotas, junto con el entusiasta republicano don Pedro de la Lastra, el padre Omaña recibió la comisión del supremo gobierno de Cundinamarca de trasladarse a los Estados Unidos a contratar elementos bélicos y gestionar la traída de dos imprentas.
De regreso a la patria junto con su compañero a fines de 1811, encontrábase en Cartagena el 11 de Noviembre, día de su  pronunciamiento a la libertad. Conocidas por el pueblo las ideas republicanas del doctor  Omaña y Rodríguez, al igual que el de Bogotá le designó su representante en la junta. Omaña se excusó; más  no se le admitió la excusa y con vivas y entusiasmo se le obligó a tomar asiento en el puesto señalado.
Después de haberse llevado a cabo el juramento de independencia de Cartagena, el pueblo tomó las armas en su poder, dejando tan solo con destino a Cundinamarca los fusiles que se hallaban en manos de don Pedro Lastra.
El día 14 de Diciembre de 1811, luego del solemne Tedeum, dice La Gaceta Ministerial de Cundinamarca que “el generoso pueblo de Cartagena, en medio de las expresiones de su alegría, buscaba al doctor Omaña, a don Pedro Lastra y a don Manuel A. Rubla  y demás vecinos de Santafé, congratulándose con ellos de que ya se hubieran acabado las competencias de Santafé y Cartagena y prorrumpiendo en los más agradables gestos, decían: ¡Viva la independencia! Viva Santafé! ¡Viva Cartagena!
El doctor Omaña trajo de Filadelfia a un joven profesor de idiomas para enseñar el inglés en Santafé. Por eso se tiene a tan ilustre patriota como el fundador de la cátedra de la lengua inglesa en Colombia.
El padre Omaña continuó en Cundinamarca prestando valiosísimos servicios en los ramos eclesiástico y civil, a cuyo paso dejó la huella de su gran inteligencia y de su probada capacidad. Fue representante al Congreso en varias ocasiones y  presidente de éste en algunas oportunidades. En 1816 cuando sentó sus bases en la capital de la república Pablo Morillo el padre Omaña estaba consagrado al ministerio sacerdotal en su parroquia; mas, como hubiese tenido actuación sobresaliente en la preparación y organización revolucionarias contra los poderes de Fernando VII, de sus actos fue ordenada llevarse a cabo la investigación correspondiente para juzgarlo. En efecto, formulado convenientemente el proceso conforme a los deseos de Morillo, e iniciada por éste la marcada época de cruel persecución por la que se llevó al exilio a clérigos de la más alta categoría, al doctor Nicolás Mauricio de Omaña, le correspondió el destierro en la zona de La Guaira (Venezuela), hacia la cual salió  en Septiembre de 1816, de donde no volvió a regresar a su patria,  pues allí murió el 5 de Abril de 1817.   


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