Autor del Blog

Mi foto
Villa del Rosario, Norte de Santander, Colombia
Presidente Asociación Centro de Historia e Investigación de la Villa del Rosario. Autor de la Ruta Turística Viajando por la Capital de la Gran Colombia en rescate de nuestra identidad. Coautor del libro Viajando por la Capital de la Gran Colombia a través de la recreación en el medio natural

domingo, 17 de mayo de 2020

VIRGEN DE LA TABLITA


LEYENDA SOBRE LA APARICIÓN DE LA VIRGEN DE LA TABLITA

 
Replica del Templo Histórico y en su interior la imagen de la Virgen de La Tablita en la iglesia Nuestra Señora del Rosario antes de ser ubicada en el nicho donde se encuentra actualmente
En el sitio conocido como la Plaza de las Banderas y específicamente colindando con la Casa Natal del General Francisco de Paula Santander, se encontraba una casa de bahareque y teja que tenía un aposento y un corredor, donde vivía el señor Teófilo Gutiérrez con su esposa Florinda Chacón y por el frente de la casa pasaba una toma. En el corredor de la casa estaba el sitio para planchar y en esa época se utilizaban las planchas de hierro que se colocaban sobre carbones encendidos para alisar la ropa. En una oportunidad cuando fueron a planchar, la señora Florinda le dijo a su esposo que la tabla donde colocaban la plancha estaba muy quemada y este le contesto que la guardara por ahí en algún rincón de la casa. Paso el tiempo y un 15 de Mayo de 1880  cuando don Teófilo necesito una tabla para hacer un cajón para criar abejas reales y se acordó de la que se había quemado con la plancha, le dijo a su esposa que la trajera y cuando se la trajo se fue a lavarla a la toma y estando lavándola él gritaba de alegría: Florinda mire lo que se me apareció, vio estampada una Virgen con el niño en brazos a la parte izquierda en medio de dos cortinas rojas, la Virgen está de pie. Comenzaron a venerarla y la alumbraban con una lamparita de aceite de tártago que era lo que había para esos tiempos.

Don Teófilo tenía una hija llamada Lina Rosa la cual se casó con Eliodoro Astidias y al morir los padres de esta heredaron la virgen, Lina y Eliodoro los cuales seguían venerándola.

En esa época el padre Mora estaba construyendo la Iglesia actual de Nuestra Señora del Rosario y Eliodoro Astidias llego una tarde donde el padre Mora y le dijo: padre vengo a que me haga un favor y  el padre le contesto  hay ya viene el viejo Eliodoro con sus vainas, ¿qué es lo que quiere? Y Eliodoro le dice: Padre, que me regale un poquito de agua bendita y el padre le pregunta: ¿para que quiere el agua bendita? Eliodoro le responde: Para bañar la Virgen que está en la tabla. El padre le dijo, no, esa agua bendita es lavadura de todo el mundo, nos lavamos nosotros y todos los que entran a persignarse, aguántese hasta el Viernes Santo porque ya viene la Semana Santa, calcule que este yo consagrando y la metes en la toma y la bañas en cruz tres veces.

Eliodoro hizo caso y todos los viernes santos la lavaba en la toma. Algunos con mala intención  comenzaron a decir  que Eliodoro la había pintado para engañar pendejos y como ese cuento se regó aquí en el Rosario, entonces una familia llamo a un pintor que llego a la Quinta Santander y le dijeron que le daban una morocota de oro y que la pintara como estaba en la tabla; el pintor  la vio y dijo: no, yo no la pinto y saco de su bolsillo otra morocota y se la puso encima con un papel que decía: para que dejemos en realidad como está la Virgen y este oro es para ella; así duro años y nadie se atrevió a pintarla, con eso se le callo la boca a los que estaban poniendo en duda la veracidad de la aparición.

En 1951 cuando fallece Lina Rosa, esposa de Eliodoro este se va para San Antonio del Táchira en compañía de su hijo que también llevaba el nombre de su padre, con la finalidad de avisarle al único hermano que tenía Lina Rosa de lo acontecido y una de las hijas de Eliodoro se quedó cuidando la casa.


Momentos después de haberse marchado para San Antonio llego el padre Sandalio Anaya que para ese momento regentaba la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, acompañado de Don Agustín Granados Torres que era el alcalde y le preguntaron a la joven que se había quedado en casa donde se encontraba Eliodoro y esta les respondió que estaba en San Antonio avisándole al hermano de la fallecida lo ocurrido y entonces ellos dijeron que se llevaban la virgen para la iglesia del Rosario nuevo y que si Eliodoro se oponía a este acto que se presentara en la alcaldía. Sabiendo de las posiciones radicales que tomaba Don Agustín, Eliodoro nunca reclamo. Por un tiempo la imagen permaneció dentro de la réplica de un Templo Histórico y ahora se encuentra en un nicho especial por la entrada que tiene la iglesia cerca de las escaleras que dan al campanario.

Por este hecho los Astidias son llamados los “tablitas” y son muy reconocidos en el pueblo. 

En la casa donde apareció la virgen tenía gran cantidad de objetos unos en plata y otros en oro como muestra de gratitud por parte de los fieles a los favores recibidos.

INVESTIGACIÓN:  GERARDO GARCÍA

No hay comentarios:

Publicar un comentario